Un largo paseo de 20 kilómetros a una y otra parte de las riberas del Ebro a su paso por Zaragoza. Un escenario natural en constante regeneración en función del comportamiento del río que experimentó una gran transformación gracias al legado de la Expo 2008. El aprovechamiento de este legado ha dejado una huella imborrable
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Descripción de la ruta
En este enclave privilegiado, el Ebro es el engranaje esencial de integración de la ciudad entre sus dos márgenes, de forma que, el río se ha convertido en lugar de encuentro, las riberas en espacios ocupados constantemente por personas paseando, haciendo deporte, descansando. Zonas verdes, parques, terrazas, miradores, jardines temáticos, embarcaderos, balcones, sotos y una variada vegetación de ribera, conforman una extraordinaria belleza y calidad ambiental al paisaje.
Además de pasar por puntos emblemáticos de la Ciudad, como la Basílica del Pilar, veremos la desembocadura de los ríos Gállego y Huerva y cruzaremos por debajo de todos los puentes (12, contando la pasarela de junto a la autopista) sobre el río Ebro en su paso por Zaragoza, desde los más antiguos a los más modernos construidos con motivo de la Expo y cada uno con su propia historia.
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FICHA RUTA
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